Ramiro Prialé, en un secreto refugio de Lima

A César Martín, corresponsal de la Prensa Belga, debemos la siguiente sensacional entrevista a la cabeza visible del aprismo en el Perú. En sus respuestas, Ramiro Prialé da a conocer el pensamiento de su Partido y las intenciones que lo animan en este proceso electoral. Su palabra, es de importancia singular en estos momentos. Leamos el artículo-entrevista de César Martín, que reproducimos sin quitar ni añadir comillas. 

Guiado por mi profesión, con el objeto de realizar un reportaje de actualidad que responda los anhelos del público lector, que desea conocer la posición exacta del Partido más poderoso del Perú, después de varios días de gestiones por un lado y otro para entrevistar al líder del aprismo, por fin ha sido convenido con sus secretarios que seré llevado en un automóvil al refugio del Secretario General del aprismo, cuya palabra llevamos a nuestros lectores desde el incómodo puesto de la clandestinidad. 

En estas condiciones, una noche del presente mes, cuando la población limeña ya está librada al descanso y a los placeres mundanos de toda capital; en el lugar y a la hora acordados llega un auto ocupado por tres personas que, invitándome a subir, parte en veloz carrera para detenerse veinte minutos después a pocos metros de una residencia de apariencia burguesa, en cuyo interior me hacen pasar a un salón cuidadosamente arreglado donde hay varias personas que me saludan y, a los pocos minutos al unísono se ponen de pie para darle la bienvenida a un personaje... que no es otro que Ramiro Prialé. 

En efecto, es Ramiro Prialé quien acaba de ingresar. Está idéntico como lo viera hace ocho años. Su rostro amarfilado, su mirada siempre serena y bondadosa y ese no sé qué de su voz que inspira confianza, no se han perdido en él.

Prialé, está vestido sencillamente, un terno azul marino y una corbata a rayas rojas, parece que su clandestinidad en esta oportunidad sea parcialmente tolerada porque lo noto excesivamente confiado de si mismo y no se descubre en él la menor huella de zozobra. 

Discurso del Secretario General, Ramiro Prialé en el segundo Congreso Nacional de la Juventud Aprista en la Casa del Pueblo.

Es admirable, le digo al saludarle que esté usted tan bien de salud, nadie diría que está delante de un perseguido político, ni mucho menos ante un hombre que se ha pasado más de una década de su vida en prisión y en el destierro, quien por añadidura acaba de ingresar al Perú sin visa corriendo tantos peligros... apenas si tiene canas, por lo que parece un milagro... verlo tan dueño de sí mismo. 

Antes de comenzar las preguntas, le ruego a Prialé que hagamos mutua cuenta en esta ocasión, que estamos en un Perú Libre olvidando las leyes de excepción a fin de que nuestra misión periodística responda al espíritu de la libre iniciativa, apartándonos del dirigismo. 

El Secretario General del Partido Aprista, sonríe afirmativamente para expresarnos: 

"Como lo hemos estado expresando, en primer término, nosotros nos felicitamos que el aprismo se mantenga en una actitud serena frente a este panorama oscuro y lleno de incógnitas". 

"Formulamos un llamado a todos los peruanos a la concordia nacional, como camino seguro para para llegar a una convivencia democrática. Estamos convencidos de poder resolver el problema político actual dentro de una amplia concordancia, siempre que todos los sectores y —desde luego el gobierno— aporten en este momento una efectiva contribución". 

"Así mismo es factible una vasta comprensión nacional, sin exclusiones, a la cual concurriríamos los apristas, pero de ninguna manera con nuestros derechos amputados, sino como Partido, devolviéndonos la legalidad a la que tenemos derecho, puesto que somos un Partido de vasta y sólidas bases populares, integrado por peruanos sin organización de carácter internacional, sin obedecer a consignas foráneas, no estando por lo tanto incluídos —como se pretende— en el art. 53° de la Constitución. Somos peruanos que amamos a nuestra Patria y como tales reclamamos de ella las libertades y los derechos que de ninguna manera puedan beneficiar a un grupo privilegiado de sus hijos". 

"Una vasta convención nacional para resolver el problema con criterio nacional democrático y patriótico en el cual por el mismo hecho de tratarse de una concordancia, ningún grupo, ni siquiera el aprismo que tiene tanta fuerza popular, podría tener intenciones de predominio, debiéndose propender en llegar a una fórmula de unidad nacional, encabezada preferentemente por un ciudadano que no esté desgastado en enconadas luchas partidistas, para que sea una garantía de un futuro gobierno respetuoso en todo momento de la Constitución y de las libertades que ésta acuerda a la ciudadanía". 

"Un gobierno que no utilice en ningún caso aquellas leyes inconstitucionales de excepción, que vulneran la esencia misma de la democracia, libertad y justicia.... Concordancia nacional a la que concurrirían seguramente los mismos sectores de oposición, siempre que el gobierno (frente a una situación de tipo auténticamente nacional) otorgase la amnistía y las seguridades electorales denunciadas, acto tanto más fácil puesto que no necesitaría de tales instrumentos para defenderse ni para reprimir, puesto que no tendría de quien defenderse ni a quien reprimir".

"Estos planteamientos generosos y amplísimos del aprismo, desgraciadamente al no haber sido comprendidos por unos, han sido mal interpretados por otros. Sin que esto signifique que no existan sectores muy importantes lo mismo que ciudadanos prestigiosos que hayan sabido aquilatar sus alcances, auspiciando esta solución. Sin embargo, que por el momento parece que algunas tendencias extremistas que hicieron del miedo al Apra su bandera y su único capital político, sean todavía las que predominan, cerrando así, la posibilidad de constituir un régimen auténticamente representativo y emanado de la soberana voluntad del pueblo". 

"Mi satisfacción más profunda radica en comprobar que a través de un largo sendero lleno de luchas, de amarguras, luego de once años de prisión, exilios y persecuciones, afortunadamente mi corazón no se ha contaminado con el odio ni mi espíritu se ha llenado de resentimiento, conservando mi optimismo en que pronto será posible el que se imponga en el Perú, una más elevada conciencia política que permita reivindicar el término "adversario" —los adversarios discrepan pero se entienden y respetan— y proscribir definitivamente esta absurda forma de dividir necesariamente a los peruanos en amigos y enemigos". 

"El Jefe y fundador de mi Partido, se encuentra actualmente en Bruselas y tiene plena confianza en la gestión del Comité Ejecutivo Nacional que presido, que es el organismo encargado de encarar los problemas políticos del país". 

"Las decisiones del Comité Ejecutivo Nacional, de acuerdo con las resoluciones de la Convención Nacional del Partido, serán la pauta a la cual democráticamente se han de someter todos los organismos y militantes, dando ejemplo en este sentido, el propio Jefe del Partido. 

"El Partido mantiene estrictamente su línea independiente, sin pactos ni compromisos electorales con ningún sector político, sea oficialista o de oposición. Se limita a estimular y alentar a los ciudadanos y grupos que se yerguen en defensa de las libertades ciudadanas, siendo natural que en este sentido ciertos grupos y personas gocen de mayores simpatías dentro de mi Partido". 

"La actitud independiente de mi Partido, que sólo podría ser alterada según lo que acuerde nuestra convención nacional, no implica puertas cerradas. Por el contrario hemos aceptado gustosamente contactos con diversos sectores políticos que se han aproximado a nosotros y seguiremos brindando oportunidades para ratificar los planteamientos de contenido nacional y democrático expresados". 

"Se ha venido diciendo que yo me he entrevistado varias veces con el Presidente, desgraciadamente no ha sido así, porque de haber tenido la oportunidad de hablarle, le habría expuesto los puntos de vista esencialmente democráticos de mi Partido en procura de que el gobierno encare el problema con criterio nacional y sin prejuicios infundados, para lograr aquella concordancia garantizadora de una convivencia democrática efectiva".

Y como última pregunta, pese a la hora avanzada, Prialé me responde: 

—"Hasta este momento no ha ingresado al Perú ningún compañero mío que haya sido miembro del Comité Ejecutivo Nacional. En cuanto a mí, vine —sin visa— en viaje clandestino y corriendo todos los riesgos que ello implica, afanoso de cumplir con mi deber como Secretario General del Partido y reincorporarme al Comité Ejecutivo que hoy presido, lo mismo que habrían hecho los demás apristas si hubiesen sido llamados como yo a tomar los puestos de comando del Partido". 

Al acabar de responder a esta última pregunta, mi interlocutor que no ha cesado de pasearse por el salón para hilar sus pensamientos, toma ahora asiento para llevarse a los labios una taza de café que nos ha aportado una niña que por su apariencia debe ser la hija del dueño de casa, un compañero del líder del pueblo quien como tantos otros apristas le ha brindado desinteresadamente la hospitalidad de su hogar..... Prialé con su buen humor habitual y su inalterable confianza en el porvenir de su Partido me relata, mientras bebe unos sorbos de café, que durante su permanencia en la prisión del Potao, ha llenado su álbum de caricaturas, ya que su vocación por esa rama del arte la lleva en lo profundo de su alma. 

He allí, al líder del Partido Aprista, aquel hombre sencillo, injustamente hostilizado, que ha consagrado su vida entera en defensa de los trabajadores, a quien si los unos persiguen por sus convicciones políticas, los otros lo admiran y buscan por la misma causa.

*Entrevista de César Martín a Ramiro Prialé, publicado en la revista Caretas, N° 102, 21 de enero-4 de febrero de 1956.

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