Manuel Seoane: "El pueblo del Perú aclama al Apra"

(Manuel A. Seoane en Arequipa)

La conferencia que acerca de Nacionalismo Económico pronunció ayer Manuel A Seoane en la Universidad, alcanzó un éxito remarcado. El auditorio llenó por entero el general agustino y ovacionó frenéticamente a Seoane en los pasajes saltantes de su charla, finalizada la cual lo acompañó hasta su alojamiento, organizando una manifestación de carácter público por las calles que recorrieron los acompañantes y, obligado a que volviera a hacer uso de la palabra desde los balcones de la "Pensión Blair".

La mayor parte del público asistente estaba formado por laboristas. Presidió el acto el catedrático doctor Enrique Bustamante y Corzo, teniendo en su derredor a sus compañeros y estudiantes agustinos, jefe de estado mayor y algunos otros oficiales, miembros del Comité Aprista Local, numerosas damas y personas de diversas esferas sociales.

El secretario de la Federación Local de Estudiantes dió lectura al acuerdo de recibir a Seoane y solicitar de él una charla, así como del nombramiento de la comisión encargada de presentarle el saludo de los universitarios. A continuación, Vladimiro Bermejo, a nombre de los universitarios, dió lectura a un vibrante discurso en que enalteció a la juventud, a sus ideales y a Seoane.

Dijo:

"Hoy vuelve a nuestra patria con el corazón henchido de gozo, trayéndonos el mensaje y el saludo de todos los luchadores de Indo América. Robustecida su fe y su optimismo, vuelve Seoane a laborar por un Perú nuevo, por un Perú sin cadenas ni dictadores.

"¡Compañeros universitarios! Todos nuestros músculos y todos nuestros nervios deben vibrar de emoción al estrechar la mano del valiente camarada."

Diciendo estas palabras, Bermejo estrechó la mano de Seoane, en medio de general aplauso.

Seoane empezó a hablar en medio de un gran silencio, que demostraba la atención con la que iba a escuchársele. Dijo de su emoción profunda al llegar a Arequipa y entró decidido a desenvolver "Nacionalismo Económico", tema de su charla. Tuvo frases lapidarias para el civilismo, que pretende volver al gobierno, para la Iglesia, esposa fiel de la dictadura y los gamonales; condenó el centralismo limeño, enalteciendo la fuerza política de las provincias, puso al descubierto los terribles males del imperialismo en nuestro suelo; apuntó que mientras se dedica preferentemente atención a los intereses de la Iglesia y existen 4.500 edificios religiosos, no hay en todo el Perú más de 3.700 escuelas. Y sentó el ideal aprista del nacionalismo económico, tarea que está encomendada sólo a "hombres jóvenes y manos limpias".

Ofrecemos a nuestros lectores una síntesis completa y estructurada de la importante charla de Manuel A. Seoane:

"Después de varios años —comenzó diciendo el conferencista— recién podemos exponer al país nuestro pensamiento. Durante el gobierno de Leguía y actualmente por los civilistas, hemos sido presentados como hombres de ideas utópicas y anárquicas.

"En realidad, nuestro movimiento está atacado por dos fuerzas extrañas: los civilistas, abogados de empresas norteamericanas e inglesas, y los comunistas, que, generosa, aunque totalmente equivocados, creen que se debe rusificar al país.

"El APRA, como partido, reivindica al Estado su peruanidad, es decir, no la peruanidad aquella de personajes coloniales, sino la de las clases productoras, que son la mayoría y esencia de la nación.

"Nuestra posición frente a los problemas fundamentales del país, se orienta fundamentalmente a dos:

"Indigena y antiimperialista.

"En cuanto al indígena, sostenemos que es el capital humano del país y que hay necesidad imprescindible de modificar las condiciones económicas que pesan sobre él e incorporarlo a la nacionalidad. Esto debe ejecutarse mediante su liberación económica, o sea la destrucción de la grande propiedad y esclavitud agrarias. La metodización moderna del cultivo y, principalmente, la intensificación de la obra educativa, hasta hoy nunca intentada.

Haya de la Torre en un mitín rodeado por la juventud aprista.

"El otro problema es el imperialismo. Hoy el Perú tiene un grado de intensidad económica inferior a los Estados Unidos y a Inglaterra. De ahí que sea sólo un gran mercado de productos y nunca se ejercitó una adecuada política para evitarlo. Lo cual impide el desarrollo de la industria nacional y nos convierte en un pueblo únicamente consumidor, sin una circulación efectiva, ni movimiento comercial, a pesar de que poseemos todas las materias primas que se requieren para el desarrollo de las industrias.

"Somos también un mercado de consumo de capitales. Estos capitales han venido en forma pura (empréstitos), colocados en condiciones muy desventajosas para el país, que entrega sus rentas más saneadas, quedando constituídos, de hecho, en una dependencia económica.

"Además, somos mercados de capitales individuales, o sea de aquellos que han venido a buscar nuestras materias primas. Este es uno de los aspectos fundamentales del problema, porque determina la economía peruana.

"Cabe hacer notar, especialmente, que Norte América no procura el desarrollo armónico e integral del país, desarrollando sólo las industrias cuyos productos le interesan, con lo cual no transforma nuestra economía, sino que la deforma.

"Además, esta situación conduce a que toda nuestra economía dependa de determinado producto y se halle afecto a sus altas y bajas en el mercado mundial. Por ello tenemos que en la actual crisis mundial, con la baja de nuestros principales productos, azúcar, algodón y cobre, la economía nacional se tambalea, próxima a la catástrofe.

"Tal estado se agrava con el capital extranjero, porque las cantidades que deja en sueldos y salarios, al obligar a invertirlos en los tambos de consumo son reabsorbidas por la misma empresa, convertido el medio en un feudo económico, matando a la pequeña industria y comercio circundantes.

"La explotación en esta forma del capital extranjero da lugar a que los productos peruanos hoy se vendan en el Perú a más altos precios que los extranjeros, como la gasolina. Finalmente, no deja al país, en ningún momento, utilidades justicieramente proporcionales.

"Contemplando el presente, no queda otro camino que adoptar una política nacional económica: que todas las fuentes de producción e industrias pasen a poder del Estado, no del Estado actual. sino, de otro nuevo, formado por las clases productoras del país, estado en que los sueldos y salarios tendrán una más equitativa distribución.

“Esta política es la más acertada frente a la actual crisis mundial. No puede combatirse la crisis a costa de economías, que llevarían a la desesperación por el hambre, sino aumentando los ingresos fiscales y presionando a las empresas extranjeras con nuevos gravámenes.

"Los demás problemas del Perú son secundarios, tales como salubridad, etc. Un estado necesita primero ser rico y así podrá solucionarlos fácilmente".

Las acusaciones contra entidades imperialistas, con datos estadísticos irrefutables, causaron impresión en el auditorio, que premió a Seoane con grandes aplausos. Uno de los concurrentes dió un "¡Viva Seoane!", que éste respondió inmediatamente vivando al Perú. Una de las bandas de música del ejército, que asistió a la actuación, terminados los aplausos que sellaron las últimas palabras de Seoane, ejecutó el Himno Nacional que la concurrencia escuchó de pie.

El doctor Enrique Bustamante y Corzo cerró el acto, felicitando a Seoane y coincidiendo en sus puntos de vista para declarar que la tarea de reconstrucción estaba encomendada a los jóvenes que "la sabrán cumplir".

Obreros y estudiantes organizaron una entusiasta manifestación acompañando a Seoane hasta su alojamiento. Obligado por los manifestantes, Seoane, rodeado de los apristas locales, les dirigió una arenga, exhortando a las masas a trabajar por el nuevo Perú y por Raúl Haya Delatorre, a quien llamó "futuro presidente del Perú".

V. B.
*Claridad. Revista de arte, crítica y letras, tribuna del pensamiento izquierdista. Año 9, Nº 219, Buenos Aires, 22 noviembre de 1930.

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