Alan García: "La derecha se ha vuelto más colonial que hace unos años"

Alan García, geminiano, que el pasado 23 de mayo cumplió 40 años, argumenta con apasionamiento y no se queda quieto en el sillón de cuero repujado del Palacio de Pizarro en Lima, donde recibió al enviado de este periódico en la recta final de su gobierno, cuando le faltan nueve meses para entregar el poder, y en vísperas de un paro armado, convocado por el grupo maoísta Sendero Luminoso en la capital peruana. A veces se levanta y, sobre una pizarra blanca, que rompe la armonía de los artesonados de madera y bustos de próceres peruanos, García pinta líneas y cifras, para clarificar y dar más fuerza a su discurso.

ENVIADO ESPECIAL,Después de hora y media de entrevista, el presidente de Perú invitó al periodista a compartir una sobria mesa con un economista, un gringo de origen alemán, Rüdiger Dornbusch, que, durante todo el almuerzo, intentó llamar la atención de García sobre el riesgo de una explosión social en Perú en los meses de la transición hacia una nueva presidencia.

Pregunta. Se aproxima la última fase de su presidencia. Si mira atrás sin ira, ¿qué no haría, qué modificaría?

Respuesta. Yo comenzaría de igual manera a la que comencé. Cuando llegué al Gobierno encontré lo siguiente: el Gobierno anterior se había entregado totalmente al Fondo Monetario Inter nacional, que tiene tesis contractivas de la economía, porque es una institución creada Para garantizar el pago de la deuda externa, deprimiendo el consumo interno de los países. Encontramos que la industria producía por debajo de la mitad de su capacidad y que el pueblo consumía muy poco. Lo que hicimos fue intentar un modelo expansión productiva sobre el consumo. Lo primero que tomamos como decisión fue no pagar la deuda externa y con esos recursos y dólares financiar la ampliación del consumo, elevando los salarios y reactivando la industria. Eso funcionó estupendamente por dos años. En 1985, 1986 y 1987, el crecimiento fue espectacular. En Perú, el producto interior bruto (PIB) crecía antes el 2% anualmente, y pasó al 9% y el 7%. El modelo estaba bien. Lo que hubo fue exceso en su aplicación. Primero, por la velocidad del consumo, no crecer el 9%, sino el 5%, que hubiese sido suficiente. El segundo error fue mantener el modelo sin corregir más allá del tiempo necesario Volvería a hacer eso, corrigiéndolo a tiempo. En 1987 la burguesía había producido y ganado más y el pueblo consumía casi el doble de lo que consumía dos años antes. Por cierto, los que financiaban esto eran los bancos internacionales y Gobiernos a los que no pagábamos, pero me parece justo, ético y legítimo en un Gobierno, en una sociedad conflictiva como la nuestra.

Después de este crecimiento quedaba un camino: al haberse acumulado masa de ganancia por mayores ventas y producción, gravar eso con impuestos. La burguesía comenzó a evadir los impuestos y a colocar el dinero fuera. del país. Optamos entonces por aplicarle un golpe correctivo, nacionalizando la banca. Eso, obviamente, dividió al país y nos confrontó con la burguesía, que tiene todos los medios de comunicación, como en muchos países. Se buscaron entonces una, especie de figurón o figura conocida, para usar de él, bajo el estigma de que, al nacionalizar la banca, nosotros lo que queríamos era caer en el estatismo total. De esta manera se engañó al país, de esta manera se desincentivó la inversión, de esta manera se conmovió económicamente la sociedad y se agravaron los problemas.

P. Es decir, que usted volvería a lo de pagar sólo el 10% de exportaciones para la deuda externa, a nacionalizar la banca...

R. Y mucho menos. Los datos sobre la deuda externa de América Latina son concluyentes. El año 1979 América Latina debía 190.000 millones de dólares. Durante 10 años ha pagado 258.000 millones de dólares netos y hoy debe 430.000 millones. Perú es un país paupérrimo, sin superávit comercial. Exportamos 3.000 millones e importamos exactamente 3.000 millones. Hay países que exportan 5.000 millones, importan 3.000 millones y los 2.000 millones los pagan. Eso a mí me parece dramático.

Alan García.

P. En junio de 1986, una represión en los penales de Lima concluyó con una matanza de más de 100 presos. ¿Repetiría la orden de intervención en los penales?

R. Sí, pero he aprendido que los instrumentos de poder y represión no reunían las condiciones psicológicas necesarias. Cuando se dan órdenes y se excede en el cumplimiento el subordinado, hay que sancionarlo para que no vuelva a hacer eso. En el caso de los penales, especialmente en El Lurigancho, se ordenó: "Recupere usted el penal". Naturalmente, era previsible que hubiera muertos. Lo que nadie podía prever es que se fusilara gente rendida. Si a mí me dicen que de los 124 presos, al resistir con armas de fuego, han muerto 10, yo veo una necesidad racional de defensa y recuperación. Pero si me dicen al día siguiente: "Hemos tomado el local, recuperando 124 cadáveres", lo único que queda es hacer la investigación correspondiente y la sanción.

P. ¿Está usted seguro de que se llegará a las elecciones presidenciales?

R. Absolutamente seguro. Perú es el país donde hay más libertad de prensa de América Latina. Aquí se permiten faltarle al respeto al presidente como en ninguna parte. Que digan lo que quieran, que se expresen, que es la mejor manera. Si no se expresan así, los burgueses se expresarían estimulando a los cuarteles a dar golpes.

P. Dentro de esta libertad de expresión se llega incluso a escribir que usted propiciaría un autogolpe.

R. Es una tontería, porque todos saben que a los 35 años, y elegido con el 53% de todos los votos, si quisiera tener poder, tengo muchas opciones para volver al poder por las vías democráticas y legales. Yo voy a ser un jubilado, ex presidente a los 40 años de edad. Yo me voy de aquí el 28 de julio a las doce del día y le entrego la banda a quien sea, pero me voy de aquí.

P. ¿Y la idea de que un golpe le vendría bien para salir como mártir y enmascarar el fracaso?

R. ¡No! Sea usted muy objetivo en esto. Hace un año teníamos 300 millones [de dólares] de divisas. Hoy día tenemos 1.428 millones. En este mes de octubre se había previsto captar por impuestos 750.000 millones de intis [una peseta tiene unos 375 intis al cambio oficial] y se han captado 890.000 millones. En octubre, la inflación es del 22%, que es muchísimo, pero es mucho menos que el 40% mensual que teníamos a comienzos de año.

P. Quisiera citarle una frase del general Luis Cisneros [ex ministro del Interior y ex comandante general del Ejército]: "No podemos dejar que el país se desangre sin intervenir. ¡No puede ser! ¡Nosotros somos responsables constitucionalmene de la soberanía, de la seguridad delpaís...".

R. Le recuerdo lo que Unamuno dijo de Millán Astray en Salamanca: "Viva la muerte, abajo la inteligencia". Yo digo ¡abajo la muerte, viva la inteligencial

P. Pero, ¿no cree que Cisneros puede ser representativo de un sector importante del Ejército?

R. Yo no creo que tenga ninguna representación; es más, creo que nunca la tuvo. Lamentablemente para él.

P. Bueno, él era ministro del Interior y comandante general...

R. ... y es responsable entonces de que creciera Sendero y de que no se hicieran las cosas necesarias, porque fue ministro del Gobierno anterior y creo que tiene muy poca autoridad moral para hablar ahora dé las cosas que no hizo. Yo le digo a toda esta gente de la derecha: han tenido 170 años el gobierno de Perú y quieren que en cuatro años las cosas se corrijan. Después que entregaron el Gobierno porque ya no podían con él, porque el pueblo los ha desbordado, porque perversamente orientado en algunos sectores, se lanza a la subversión. Pero el pueblo también se organiza en las calles y la propia burguesía nacional se da cuenta que no tiene salida a la obediencia al Fondo Monetario. Y cuando ya no pueden con eso, le entregan a uno el Gobierno destruido y quieren que se lo reconstruya en cuatro años. Eso es falta de vergüenza.

P. Y ahora se lo van a devolver otra vez a la derecha...

R. Pues... De pronto, es eso el peor castigo.

P. ¿El peor castigo para quién? ¿Para la derecha o para el pueblo?

R. Lamentablemente, para el pueblo, porque la derecha, como se ve, no ha aprendido nada y se ha vuelto más fondomonetadsta, se ha vuelto más entreguista, se ha vuelto más colonial que lo que era hace unos años.

El presidente peruano comenta que la coca "es la única materia prima que sube de precio. Es la única transnacional con éxito de América Latina, gracias a que tiene un mercado enorme en EE UU y en Europa. De manera que cuando nos dicen que 'hay que solucionar eso', hay que decirles 'bueno, mejore el precio del café, y del cacao'. Hablemos en términos concretos y realistas. Nada se gana con dar unos cuantos helicópteros viejos a los Gobiernos de algunos países, cuando se sabe que los Gobiernos están desvinculados de la sociedad general. Hay que hacer una alianza con la sociedad y darle a los campesinos opción y posibilidad de cultivar café y cacao con buenos precios".

Pregunta. Es decir, que usted no está dispuesto a acabar con la producción de coca.

Respuesta. Sí, naturalmente, pero lo que yo pienso es que creer que se va a acabar con la producción de coca prestándonos tres helicópteros es absolutamente insuficiente; es una caricatura. Por las leyes mismas de la economía que defiende el Fondo Monetario Internacional y los países industrializados, la producción de coca ha destruido la agricultura de Perú, por la demanda de EE UU. Son ellos los que vienen aquí a comprar esa coca.

P. En el Alto Huallaga están enfrentadas dos estrategias que se contradicen y que incluso pueden llegar a una paralización: la del Ejército y la de la policía.

R. En los últimos cinco años la orientación norteamericana fue que en unas 100.000 o 150.000 hectáreas cultivadas por decenas de miles de familias pobres llegara la policía y procediera a la erradicación; es decir, arrancar de raíz las plantas. Al arrancar de raíz las plantas, por las características agrícolas de la coca, ese suelo no vuelve a producir durante largo tiempo. Lo que ocurrió es, que después de un tiempo de proceder a esto comenzó a crecer la subversión en esa zona. Obviamente, la subversión terrorista buscó alianzas con los campesinos desarraigados y empobrecidos, y comenzó a crecer la subversión allí. Nosotros tenemos ahorita que combatir la subversión. Después terminaremos con la producción de coca. Nosotros no tenemos narcotráfico, no tenemos cárteles. Aquí lo que tenemos son decenas de miles de campesinos, separados de nosotros por toda la cordillera, a 1.000 kilómetros de distancia, que producen coca, que compran los norteamericanos. Si seguimos combatiendo a la vez a los subversivos y arrancando las plantas y persiguiendo a los productores cocaleros en medio de la selva, lo que vamos a hacer es juntarlos y propiciar un ejército frente al cual no podremos. Hay que dar prioridades. Lo que pasa es que los gringos quieren que de inmediato se acabe con toda la coca, y después ¿quién me saca a mí a la subversión y a los terroristas de toda esa zona?

*Entrevista a Alan García realizada por José Comas, publicada en El Pais, el 8 de noviembre de 1989.

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